Las fresas son una de las frutas más saludables que hay, y ahora están en plena temporada, bueno, ya casi a finales, aunque aun se pueden encontrar buenas y a muy buen precio. Aportan una gran cantidad de vitamina C, sólo 100 gramos de fresas, aportan la cantidad necesaria que necesitamos al día de esta vitamina, además son antioxidantes, por lo que poco malo se puede decir de esta fruta.

Este batido de hoy no tiene secreto alguno, lo bueno es que cada día lo podéis hacer de forma distinta, yo voy a indicar de la forma que a mi más me gusta pero a la vez iré diciendo que otras formas se pueden hacer también y que queda muy bueno. Además es muy sencillo y rápido de hacer.

INGREDIENTES:

500 g. Fresas o Fresones
250 ml. De Leche desnatada
Azúcar o edulcorante
1 Cucharadita de Canela

PREPARACIÓN:

Empezamos limpiando las fresas, quitándole las hojas y lavándolas bien, una vez limpias las troceamos y las echamos en el baso de la batidora, guardando unas pocas para decorar. Cuando estén troceadas añadimos leche, el edulcorante y la canela. La cantidad de leche y azúcar es aproximada. Si quieres que salga más ligero añadimos más leche si no pues menos, yo siempre voy echando un poco “a ojo”, el azúcar o el edulcorante igual, no importa el orden de los ingredientes, ni el momento, después batimos bien y vamos probando hasta que quede a nuestro gusto. Por último si se desea se puede coronar la copa con un poco de nata montada, con un poco de canela espolvoreada por encima, pero como en casa no gusta la nata yo no suelo hacerlo esto último. Una vez servido en la copa cortamos las fresas que reservamos hasta la mitad y con ellas decoramos las copas.

Otra forma de prepararlo, es cambiar la leche por nata líquida, por supuesto ya no quedará tan “light” pero queda más espeso, también se puede echar hielo para que quede un batido helado o añadir un plátano y le da un toque exótico muy rico.

También me gusta mucho prepararlo con zumo de naranja en vez de leche. Para los que no son tolerantes a la lactosa el zumo de naranja es un sustituto genial de la leche en esta receta y también queda muy rico.




















Siempre que invito a alguien a casa hago mi especialidad las gambas al ajillo y siempre tienen éxito, es junto con el arroz los platos que más reclaman los amigos que invito. El plato de hoy me lo enseñó un amigo, aunque después lo he visto muy, muy parecido en webs como directo al paladar y alguna otra que ahora no recuerdo, por lo que no se si, mi amigo se lo enseñó alguien o lo aprendió de alguna de estas webs, yo las pongo como referencia por si acaso. Como decía este a diferencia de las gambas al ajillo, es con gambones y con un toque más dulce por la cebolla y el vino de Oporto (también nos vale Moscatel o Pedro Ximenez), muchas veces, preparo las dos recetas juntas y quedan muy bien ambas en la misma mesa.

Como decía con la receta de gambas al ajillo procurar huir de los gambones pelados y congelados, si no encontráis gambones a buen precio también nos valen gambas aunque sean más pequeñas o incluso langostinos aunque estos no están tan sabrosos, pero siempre evitad los pelados y congelados, el resultado no será tan satisfactorio.

INGREDIENTES:

500 g. Gambones pelados (Entre 750 g. 1kg. Con cascara)
1 cebolla mediana
2 dientes de ajo
200 ml. Oporto
2 cucharadas soperas de salsa de soja.
1 cucharada de miel.
Aceite de oliva

PREPARACIÓN:

Empezamos pelando los gambones, una vez pelados (esto que sigue es opcional) le hacemos un corte en el lomo hasta la mitad, esto hará que al calor se abran quedando más grandes y vistosos, si visitáis habitualmente los restaurantes chinos sabéis de lo que hablo.

Seguido en un cuenco mezclamos el vino, con la soja, la miel y una cucharada sopera de aceite, mezclamos muy bien todo y lo añadimos a los gambones, dejando estos marinar por lo menos una hora o más en el frigorifico.

Una vez finalizado el tiempo de marinado, picamos la cebolla y el ajo muy, muy fino y lo añadimos a la sartén con un poco de aceite (otra cucharada aprox.) y lo vamos salteando bien hasta que la cebolla esté bien dorada  y empiece ya oscurecerse. Por último añadimos los gambones, sin el marinado, pero tampoco sin escurrir en exceso así nos quedará una salsa rica donde mojar pan. Lo hacemos a fuego fuerte durante unos minutos hasta que veamos que está hecho y la salsa ha reducido un poco y ya está listo.
            



















Siempre que me quiero salir de la habitual ensalada, tiendo a preparar este salpicón de marisco o picadillo que es un poco una improvisación que he ido mejorando con el tiempo, en realidad no tiene mucho secreto, pero es una mezcla que estas proporciones me encanta y cuando aprieta el calor es muy refrescante no demasiado calórica.

Por lo general suelo preparar para más de una vez, ya que como es entretenido, cuando lo preparo, aprovecho y hago para el almuerzo y cena o también para el día siguiente, por lo que estos ingredientes pueden rendir para 2 o 3 personas perfectamente al no ser plato único si no servirse como una ensalada.

INGREDIENTES:

3 o 4 pimientos verdes
1 pimiento rojo
1 cebolla pequeña
1 tomate de ensalada
6 palitos de cangrejo
2 latas de mejillones en escabeche
2 latas de atún
Aceite de oliva
Vinagre


PREPARACIÓN:

Empezamos lavando bien toda la verdura y picando en tiras finas el pimiento verde y el rojo. Tanto la cebolla como el tomate me gusta hacerlo daditos pequeños, principalmente porque en casa no nos gusta mucho el sabor del tomate en trozos grandes y también porque así se mezcla mejor y suelta más caldo que luego da más sabor a la mezcla final, pero eso ya es opcional.

Una vez picada toda la verdura, procedemos a picar los palitos de cangrejo, escurrimos bien, las latas de atún y mejillones y las vaciamos sobre la verdura. Por último  aliñamos con abundante aceite y vinagre al gusto.

Para que quede bien mezclado lo que hago es vaciarlo todo en una fuente con tapa hermética y agitarlo todo bien, para que el aceite, el vinagre y los jugos del resto de ingredientes se mezclen bien.

* Opcionalmente si cuento por casa con algo de pulpo cocido le añado un poco pero como no es lo normal he preferido no indicarlo como ingrediente habitual.