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El puchero, es posiblemente el cocido por excelencia de Andalucía y gran parte de España, como ocurre con todas las recetas tradicionales, según la zona se prepara de una u otra forma. El puchero, en sus orígenes, era una comida campesina andaluza, y como tal, se aprovechaban todos lo restos por lo que fueron surgiendo platos derivados, desde sopa con el caldo a croquetas con la carne de pollo o Ropa Vieja o carne mechada con la carne de ternera.

Hoy en día no solemos tener por casa sobras ni restos de la matanza, por lo que debemos comprar los ingredientes principales. En el supermercado suelen vender ya bandejas preparadas para puchero, aunque personalmente prefiero ir a la carnicería y elegirlos personalmente. Al igual que hago con todos los cocidos, cuando preparo hago una olla hasta arriba y lo que sobra lo congelo para posteriores usos.

En mi caso no suelo echarle tocino, de ahí que en la lista de ingredientes lo ponga como opcional, pues la verdad es que apenas se nota su sabor y en cambio si hace mucho más graso y calórico el cocido,  no obstante es un ingrediente principal del puchero.

Suelo preparar el puchero en olla exprés, aunque no es imprescindible su uso, esta ahorra mucho tiempo. Los tiempos de cocción están indicados para olla exprés por lo tanto si usas olla normal, duplica o triplica los tiempos.

INGREDIENTES:

300gr. de garbanzos
2 muslos y contramuslos de pollo
1 trozo de jamón
1 trozo de costilla de ternera o cerdo
1 hueso de espinazo
1 hueso blanco
1 trozo de tocino seco (añejo)
2 zanahorias
2 patatas

Opcional:

1 trozo de tocino o pringá
Apio
1 nabo
1 puerro


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PREPARACIÓN:

Antes de nada lo primero que vamos a hacer es poner agua a hervir. La suficiente como para que cubra todos los ingredientes salados (tocino, huesos, añejo, etc.) Cuando el agua hierva metemos todos los ingredientes salados y dejamos que hierva por 1 o 2 minutos. Este proceso hará que pierdan su exceso de sal. Hay quien prefiere lavarlos bien bajo el grifo, pero a mi me enseñaron de esta forma y así lo hago :-)

La noche anterior debemos haber puesto los garbanzos en remojo (no vale usar los ya cocidos de bote), por lo que empezaremos escurriendo estos y dejándolos en la olla exprés, añadiéndole los ingredientes secos que hemos hervido en el punto anterior.

Una vez con todos los ingredientes (menos las verduras) en la olla, añadimos agua hasta cubrir todos los ingredientes y lo ponemos al fuego sin tapar la olla, cuando empiece a hervir quitamos la espuma que salga que son impurezas de los huesos y añejos, una vez limpio el caldo, seguimos cociendo con la olla tapada durante 30 minutos. Mientras tanto vamos limpiando y pelando las verduras que vayamos a usar. Pasados estos 30 minutos, despresurizamos la olla y seguimos cociendo con la olla abierta, añadimos las verduras  y dejamos cocer durante aproximadamente 20 o 25 minutos más, hasta que la patata y zanahoria estén blandas. Aunque hay quien añade todas las verduras enteras, a mi me gusta trocear la zanahoria y hacer cuartos la patata.

Una vez cocido todo, tiramos los huesos y añejos salados, retiramos la verdura (yo me suelo quedar con la zanahoria) y retiramos a otro plato la carne, la deshuesamos quitamos piel y restos. Si al abrir la olla vemos que la carne ya está blanda, podemos sacarla en ese momento e ir deshuesando mientras se cuece la verdura. Por último  con una espumadera retiramos los garbanzos a otro plato. Por último el caldo lo sacamos a una olla aparte con cuidado de no echar huesos ni restos, si se quiere podemos ayudarnos de un colador.

Y ya tenemos listo nuestro puchero para usar a conveniencia. Con la carne se pueden hacer riquísimos sandwiches de pollo, o croquetas, aunque en mi caso casi siempre suelo añadir el caldo y garbanzos con la carne limpia y desmenuzada a un recipiente aparte donde lo congelo por raciones, cuando necesite usarlo, tan sólo hay que descongelar las raciones que se necesiten hervirlas y añadir un puñado de fideos o arroz hasta que esté cocido. Los servimos decorando con unas hojas de hierbabuena y tenemos una sopa de puchero insuperable.





















Esta receta no se si aparte del orégano y el parmesano tiene algo más de italiana pero, sea como sea está muy buena y merece la pena hacerla, la encontré en la genial web de The Pionner Woman una web que os animo a que visitéis si os defendéis con el inglés (si no siempre está el traductor de google)  y de la que todas las recetas con las que me topo me gustaría probarlas, así que no creo que sea la última que traiga aquí. Su elaboración es entretenida pero para nada difícil. Para su preparación podemos usar el tipo de pasta que prefiramos yo usé los típicos "tiburones" que parecen macarrones pequeños torcidos. Con estas cantidades rinde aproximadamente para 2 o 3 raciones de sopa.


INGREDIENTES:

90 gr. de pasta.
100 gr. de pollo
600 ml de caldo de pollo
1/2 Cebolla
1/2 Pimiento verde
1/2 Pimiento rojo
1 Tallo de apio.
1/2 lata de tomate natural triturado.
1 brick pequeño de nata para montar.
2 cucharadas de oregano (si puede ser fresco mejor)
Sal y pimienta
Queso parmesano rallado.
Aceite de oliva
1/2 Jalapeño o guindilla verde (opcional)

PREPARACION:

Empezamos preparando el pollo, podemos aprovechar pollo asado que nos haya sobrado de la comida, si no, simplemente llevamos al horno el pollo crudo salpicado con un poco de aceite  y sal (yo usé 2 muslitos) y lo dejamos unos 30 minutos a 220º. Pasado ese tiempo ponemos una cacerola con el caldo de pollo a hervir y echamos el pollo asado y lo dejamos más o menos otros 30 minutos hervir a fuego lento y tapado.

Mientras tanto ponemos a cocer la pasta tal como indique el fabricante, la lavamos y reservamos y también vamos picando en daditos pequeños la cebolla, los pimientos, el apio y el jalapeño (si no se quiere picante nos olvidamos del jalapeño). Una vez picada toda la verdura, la salteamos en una sartén con un poco de aceite durante unos 10 minutos hasta que esté dorada y reservamos. En otra sartén ponemos una cucharada de aceite, lo calentamos, le añadimos el orégano y retiramos del fuego sin dejar de remover y reservamos.

Una vez que ya está cocido el pollo lo sacamos del caldo y lo desmenuzamos por completo, eliminando piel y huesos si los tuviese. Y ya por último las verduras que teníamos reservadas las añadimos al caldo, y en este punto añadimos el tomate natural triturado, dejamos que hierva un par de minutos a fuego lento y añadimos el pollo, el brick de nata y el orégano que teníamos reservado en la sartén, mezclamos todo bien a fuego lento hasta dejar que de un hervor, salpimentamos al gusto y retiramos. Se sirve con un poco (o la cantidad que nos aparezca) de parmesano rallado.


La sopa castellana o de ajo, es uno de los platos típicos de la cocina española, especialmente de la zona de Madrid y Castilla León, aunque se prepara en todas partes. Hay tantas recetas como hogares hay en España, pero todas con el ajo y el pan como ingredientes básicos, al tratarse de una receta de origen humilde esta ha ido evolucionando con el tiempo, añadiéndole ingredientes que en la edad media sería imposible se lo permitiera una familia normal.

Hay recetas clásicas sin chorizo ni jamón, que en muchas partes de España son platos típicos de cuaresma y que suelen servirse en los restaurantes después de las procesiones.

Por su poder revigorizante es un plato típico de invierno, antiguamente se decía que revivía a los muertos, hasta tal punto que se le solía dar a los enfermos casi a modo de medicina.

INGREDIENTES 2P:

800 Cl. De Agua
250.g de pan del día anterior
6 dientes de ajo
100 g. de Jamón serrano troceado
100 g. de chorizo troceado.
2 huevos.
Aceite de oliva
½ cucharada de Pimentón picante (si prefiere puede ser dulce)
½ cucharada de Comino
1 pastilla de caldo de carne (Opcional)

PREPARACIÓN:

Empezamos troceando el ajo, se puede hacer en rodajas, a mi como no me gusta encontrármelo lo pico muy fino. En una sartén o cazuela de barro grande, ponemos un chorreón bueno de aceite de oliva, cuando esté caliente añadimos el ajo y lo vamos salteando hasta que esté dorado, en este punto añadimos el jamón y el chorizo y lo vamos salteando hasta que suelte el chorizo su grasa, unos dos o tres minutos.

Mientras tanto, troceamos el pan, en gajos no muy grandes y lo añadimos a la sartén, junto con el pimentón y vamos removiendo hasta que el pan haya absorbido casi la totalidad del aceite. Una vez llegados a este punto, añadimos el agua y seguidamente la media cucharada de comino, opcionalmente si se desea se puede poner una pastilla de caldo de carne, o si se prefiere también podemos sustituir esta y el agua por caldo de carne ya preparado, aunque con el agua sola es más que suficiente.

Dejamos que hierva a fuego suave durante 10 o 12 minutos y pasado ese tiempo cascamos los huevos y los añadimos a la sopa, esperamos que cuajen y ya se puede servir.