Pizza de higo, jamón y rúcula




















Esta pizza de hoy se sale bastante de lo normal, mi intención en un principio era hacerla con higo fresco pero como ya no estamos en temporada opté por usar confitura de higo, cualquiera de estas dos formas queda deliciosa. Para quienes nos gusta lo dulce y salado juntos esta pizza es fenomenal, además la rúcula hace perfectamente la función de ligar los sabores dulces de la confitura y los salados del jamón y la motzarella.

Para la masa como siempre podemos optar por hacerla nosotros, usar un preparado para hacer masa o una masa precocinada, en este caso voy a poner las instrucciones con masa casera que en mi opinión gana mucho, pero según el tiempo del que dispongamos podemos usar una u otra opción indiferentemente.


INGREDIENTES:

Para la Masa:
300 gr. de Harina de fuerza
20 gr. de levadura fresca.
150 ml de agua templada.
1 cucharada de sal
1 pizca de sal
1 cucharada de oregano (opcional)

Para la cobertura:
Confitura de higo
125 gr. de queso Motzarella fresco
6 lonchas de jamón serrano
Rúcula
Queso manchego curado rallado

PREPARACIÓN:

Empezamos preparando la masa, para ello vamos diluyendo bien la levadura en el agua caliente y añadiendo después todos los ingredientes, amasamos todo bien hasta que nos quede una bola manejable y que no se pegue, si queda muy pegajosa se puede añadir un poco de harina más, pero con estas cantidades no debería hacer falta (si disponemos de robot de cocina o panificadora, este paso nos lo podemos ahorrar, y que la máquina realice el proceso de amasado).

Una vez tengamos nuestra masa, la guardamos en un bol y la tapamos con un trapo, para que no coja frío, hasta que doble su volumen, unos 30 o 45 minutos. Una vez transcurrido ese tiempo espolvoreamos la encimera con harina y con un rodillo extendemos la masa que ya habrá doblado su tamaño, intentamos darle forma redonda y la extendemos sobre la bandeja del horno, la cual habremos espolvoreado con un poco de harina.

Ahora le añadimos dos o tres cucharadas de confitura de higo y la extendemos bien hasta cubrir toda la masa. Si no queremos que nos salga tan dulce podemos usar higo fresco cortado en rodajas pero como según que meses, no es fácil encontrar higo, la confitura de higo nos sirve perfectamente. Una vez hecha la base de higo, cortamos la motzarella en rodajas finas y cubrimos también toda la base con la motzarella.

Llegado este punto, precalentamos el horno a 220º y horneamos nuestra pizza durante 14 minutos (si usamos masas precocinadas horneamos 2 minutos menos de lo que indique el fabricante). Una vez transcurrido este tiempo y 2 minutos antes de que esté hecha, la sacamos del horno y le ponemos por encima el jamón, pero no extendido si no lo cortamos las lonchas en un par de trozos con los dedos y lo dejamos de cualquier forma por encima de la pizza hasta cubrir por completo. Volvemos a meter nuestra pizza al horno y la ponemos a cocer durante un par de minutos más, lo justo para que el jamón sude sin llegar a tostarse.

Una vez finalizado el proceso de cocción, sacamos la pizza del horno y la servimos en un plato, le añadimos rúcula al gusto por encima y espolvoreamos por encima con un poco de queso manchego rallado o en su defecto un queso curado.

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