Desde que vi esta receta en la web de directo al paladar estuve contando las horas hasta llegar a casa para prepararla y es que es increíble como una receta tan simple puede entrar tanto por los ojos y resultar tan apetitosa, así que  aquí os la traigo por si alguno se la ha perdido, ya que además creo que habrá pocas recetas que se adapten mejor a la filosofía de un blog de recetas para solteros y es que no puede ser más sencilla de preparar. Mientras compraba los ingredientes se me ocurrió realizarle un pequeño añadido que debía quedar bien y compré unas anchoas y le dieron un toque excelente.

INGREDIENTES:


2 Huevos
1 manojo de espárragos trigueros.
6 o 7 filetes de anchoa
Aceite de oliva
Queso rallado (grana padano o manchego curado)
Sal
Pimienta

PREPARACIÓN:


Prepararlos no puede ser más fácil, empezamos con los espárragos, les cortamos la base, como unos dos o tres centímetros, que suelen estar duros. Ponemos a calentar agua en una olla lo suficientemente grande como para sumergir los espárragos enteros.  En cuanto empiece a hervir el agua, introducimos estos y los escaldamos por dos o tres minutos, depende del grosor de los mismos, los sacamos y escurrimos.

En una parrilla o la plancha ponemos un poco de aceite y repartimos bien por el fondo de esta, salpicamos con sal y ponemos al fuego vivo, cuando esté muy caliente, añadimos los espárragos y los vamos haciendo bien por todos lados, con cuidado que no se quemen, sacando primero los más finos y dejando que se vayan haciendo más lentamente los más gruesos.

Una vez listos los espárragos pasamos a finalizar el plato con los huevos, para ello, en una sartén añadimos aceite y los freímos, procurando que la yema quede líquida y la clara quede hecha y con el borde tostadito o como se suele llamar con puntilla o encaje. El truco que yo uso para que me salga es, en cuanto dejo caer el huevo al aceite enseguida con ayuda de la rasera y con cuidado de no romperla, levanto del aceite la yema unos dos o tres centímetros dejando que la clara cuaje bien y se forme el encaje o puntilla.

Una vez terminado el pueblo, salpimentamos y rallamos por encima con un poco de queso grana padano o manchego curado y reventamos las yemas. Para finalizar añadimos unas anchoas y por supuesto un buen trozo de pan, si puede ser de pueblo mejor.

Si probáis os aseguro que en los días siguientes repetiréis.



















Esta receta lo ideal es prepararla con un costillar entero, sobre todo por la presentación que luce mucho más, pero en el supermercado me topé con estas costillas troceadas, con mucha carne y me resultaron tan apetitosas que no me pude resistir a comprarlas  así y doy fe que estaban exquisitas..

INGREDIENTES:

650 gr de Costillas por persona.

4 cucharadas de miel
2 cucharaditas de mostaza de Dijón
4 cucharadas de salsa de soja
3 cucharadas de jerez seco
4 dientes de ajo
2 cucharadas de aceite de oliva


PREPARACIÓN:

La preparación es muy sencilla, empezamos preparando el marinado, para ello, en un cuenco mezclamos la miel (previamente la he calentado un poco en el microondas para que se haga líquida), la mostaza, la salsa de soja, el vino de jerez  y el ajo picado muy fino. Salpimentamos las costillas y embadurnamos bien estas con el marinado y las llevamos guardamos en el frigorífico durante al menos un par de horas o más tiempo.

Una vez transcurrido es el  tiempo de marinado, ponemos a precalentar el horno y las metemos durante aproximadamente 1 hora a 180º  dándole la vuelta un par de veces a mitad de cocción. El tiempo de cocción puede variar según el horno, por lo que deberemos ir vigilándolas cada cierto tiempo.



















Este original y colorido bizcocho de sémola de trigo, aunque popular en todo oriente, es originario y  típico de la cocina libanesa, toma su color amarillo de la cúrcuma una especia que se utiliza a menudo en la cocina del Líbano. Esta receta la encontré por casualidad hace poco, bueno en realidad me topé con la foto y me llamó tanto la atención su aspecto que empecé a investigar en busca de recetas pero apenas encontré casi ninguna en castellano y tras hacer varias pruebas con unas cuantas (todas distintas, como suele ocurrir), que encontré en otros idiomas, creo que di con una combinación que no se si será la que más se acerque a la receta tradicional pero al menos a mi ha sido la que más me ha gustado. De entre las mayores diferencias que he encontrado entre unas y otras recetas ha sido el usar o no almendra y el usar o no huevo, aunque para mi gusto la almendra y el huevo hace que coja una textura más esponjosa y yo he usado ambos.

Todos los ingredientes deberían ser fáciles de encontrar, el agua de azahar, quizá el menos habitual, la venden en farmacias como ungüento y otro remedios, pero también se usa para cocinar, es un ingrediente esencial para el tradicional roscón de reyes, así que lo podéis encontrar en cualquier farmacia fácilmente. La sémola de trigo, en principio tampoco debería de ser difícil de encontrar en cualquier gran superficie yo siempre la compro allí.

INGREDIENTES:


300 gr. de sémola de trigo.
100 gr. de Harina de trigo.
200 gr. Azúcar.
125 gr. de almendra molida.
150 cl. de leche
2 Huevos
75 cl. de aceite de Maíz (también vale girasol)
2 Cucharaditas de Levadura en polvo (baking powder)
1 Cucharada grande de Curcuma
2 Cucharadas de agua de azahar.
30 gr. Piñones.

PREPARACIÓN:


La preparación es muy sencilla, empezamos diluyendo el azúcar en la leche y la agregamos a una fuente mezclandolo con todos los ingredientes salvo los piñones que los reservaremos para más tarde. Amasamos bien todo hasta que consigamos una masa homogénea que volcaremos en un molde previamente engrasado para que no se pegue. Una vez bien echada la masa en el molde repartimos los piñones por encima y lo llevamos al horno que habremos precalentado a 180º y a esa temperatura lo cocemos durante unos 40 minutos o hasta que veamos que está cocido, siguiendo el proceso habitual con todos los pasteles, pinchar con una aguja y ver si sale seca. Una vez tengamos cocido el bizcocho, lo dejamos enfriar, lo desmoldamos y cortamos en cuadrados y ya tenemos nuestro sfouf un bizcocho fácil y original con el que seguro sorprendéis.



















La receta de hoy no puede adaptarse más al espíritu del blog, fácil, para novatos, pocos ingredientes y menos complicaciones y aunque cueste creerlo un resultado buenísimo.

INGREDIENTES:


3 o 4 muslitos de pollo por persona.
400 ml. mahonesa
Sal
Pimienta

PREPARACIÓN:


Mientras precalentamos el horno a 220 ºC en la bandeja del horno ponemos una cama de mahonesa y colocamos los muslos de pollo previamente salpimentados, los cuales cubrimos por completo con mahonesa, sin dejar que quede ninguna parte sin cubrir y lo introducimos al horno durante unos 50 minutos. A mitad de cocción le damos la vuelta a los muslos y esperamos que termine la cocción.

Esta receta no tiene más misterio ni secreto, la grasa que soltarán los muslos al mezclarse con la mahonesa, producirá una salsa muy rica y a su vez la cobertura de mahonesa hará que la carne se haga al horno sin recibir directamente el calor quedando más jugosa.  Si queremos podemos "complicar" un poco, picando un poco de ajo muy fino y embadurnando los muslos bien antes de añadirles la mahonesa y/o desmenuzando un cubito de caldo de pollo (Avecrem) y mezclandolo con la mahonesa o añadirle nuestras especias favoritas, pero sólo con la mahonesa queda genial.